
Susana Soba, Juan Carlos Dellatorre, Tomás Lissalde y camioneros de la Peña “El Bonete”, posando junto a un camión
Fotografía: “Aquí Saladillo” -16/12/1967
En el imaginario popular pueden resultar alejados los mundos de la poesía y el camión. Y puede que así sea, más allá de alguna frase más o menos inspirada que podamos leer en la parte trasera de una caja. Sin embargo, hubo en Saladillo, a fines de 1967, un encuentro entre estos dos mundos, que tuvo como protagonista a nuestra poeta Susana Esther Soba.
Hacía aproximadamente un año, un grupo de camioneros de la localidad, habían formado una peña a la que pusieron el nombre de “El Bonete”. Sus fines no eran sindicales, sino los de fomentar la amistad, para lo que organizaban con cierta frecuencia reuniones en distintos lugares, ya sean estos hosterías, alguna chacra amiga o simplemente un sombreado montecito a la vera del camino.
A uno de estos encuentros fue invitada Susana Soba, a quien acompañó su amigo, el periodista Juan Carlos Dellatorre.

Los muchachos de la Peña “El Bonete”, junto a Susana, compartiendo un asado a la criolla
Fotografía: “Aquí Saladillo” -16/12/1967
La Peña “El Bonete” estaba compuesta por Deraldo Paoltroni, Carlos Delía, Juan Carlos González, Osvaldo Marinacci, Alberto Valsecchi, Dario Valsecchi, Abel Valsecchi, Víctor Grassi, Juan Bianco, David Dansiul, Víctor Elordieta, Domingo Acosta, Ramón Bianco y el ex Intedente Peronista Tomás Santiago Lissalde, entre otros.
Puntualmente al mediodía, los camioneros, la poeta y el periodista se dieron cita en la chacra de Cristi, donde los esperaba un sabroso asado a la criolla, preparado por Pedro Freccero y “Yuano” Botter.
“Quién halla tenido oportunidad de frecuentar el ambiente emperifollado de las embajadas y sus cinematográficas recepciones; las convencionales reuniones entre literatos e intelectuales o el puntilloso y casi siempre sofisticado mundo del arte, podrá certificar que en la Peña «El Bonete», la comunicación es una realidad sin palabras ni discursos, con causes abiertos a la exteriorización franca y sin rodeos, vale decir sincera y sin estridencias”, relata “Aquí Saladillo” en su crónica del encuentro.
La sobremesa duró hasta pasada la media tarde, en un espléndido día de campo. Hubo tiempo para charlar de política y la ya legendaria figura del “Che”, Susana recitó alguno de sus bellos versos y autografió algunos libros a sus amigos del camino.
No encuentro fotos de las actividades de la Agrupación EOS.
Gracias Marcelo, espectacular testimonio para conocer a Susana, de espíritu abierto capaz y sabia en entender lo que es la riqueza de lo diverso….lo compartiré en el face de la Casa