En un extenso catálogo de las obras de Lucio Correa Morales se menciona una titulada «1810 – Figura de Niño», con una nota a la par que indica: “Paradero desconocido”.
Pero esa extraordinaria obra del gran escultor de Navarro, no tiene “paradero desconocido”, se encuentra en Saladillo, exhibida con orgullo, para deleite de todos los que visitan el Museo de nuestra ciudad.
Sabemos, que hasta 1839, cuando se crea el Partido de Saladillo, gran parte de nuestras tierras pertenecían a la jurisdicción del Juez de Paz de Navarro. Pocos años hacía que esta organización administrativa había cambiado, cuando nació en Navarro el niño Lucio Correa Morales, del que podemos decir sin exagerar, que fue un hombre de nuestros pagos.
Su nacimiento se produjo el 3 de julio de 1852, en una estancia de Navarro, lugar donde pasó su infancia. La presencia de los Pueblos Originarios todavía se palpaba en la zona y ellos serán posteriormente motivo de inspiración en sus obras. De pequeño desarrolló la habilidad de tallar troncos, sin haber aprendido siquiera a dibujar.
Contaba apenas con 13 años cuando, tras el fallecimiento de su padre, su madre lo mandó a Buenos Aires a estudiar. Allí sus profesores descubrieron sus capacidades artísticas y fue becado para formarse con los mejores escultores de Florencia.
Su estadía en Italia fue de ocho años, de 1874 a 1882, y que supo aprovechar su tiempo lo testimonia la escultura que se encuentra en Saladillo, realizada en Florencia en el año 1877.
De regreso a nuestro país, fue un pionero en el arte de la escultura y entre sus discípulos se encuentran artistas de la talla de Pablo Curatella Manes y Pedro Zonza Briano.
Como mencionamos, en la extensa obra de Correa Morales se destacan sus representaciones de los Pueblos Originarios en los que expresa la nostalgia por la tierra perdida.
Recientemente, la Municipalidad de Navarro ha recibido de sus descendientes la donación de seis esculturas, que próximamente serán exhibidas en el Centro Cultural Manuel Dorrego de esa ciudad.
Lucio Correa Morales falleció el 30 de junio de 1923 y es considerado el “primer escultor argentino”, ya que las obras escultóricas que se conocían en el país, pertenecían a artistas extranjeros.
Según testimonios que nos ha proporcionado la señora Ethel Mariotto, hacia 1940 llegó a Saladillo un camión enviado por el gobierno, con cuatro esculturas, una de las cuales debía quedar en Saladillo.
El doctor López Cavo, integrante del Consejo Escolar, debía elegir cual quedaría en nuestro pueblo. Para decidirse, consultó a su pequeño hijo, Edgardo López Brandi, quien luego sería un destacado artista plástico, autor del Escudo de Saladillo y cuyo nombre lleva la Escuela de Educación Estética.
El pequeño Edgardo, naturalmente optó por la figura del niño, y fue así como esa valiosa obra quedó entre nosotros. No se sabe el destino de las otras tres, ni tampoco si pertenecían a Lucio Correa Morales.
Era Intendente entonces, don Samuel Ayarragaray, quien decidió hacer un parque infantil en la esquina de Rivadavia y Estrada. Allí, colocada sobre un pedestal fue puesta la “Figura de Niño”. Adornaban también ese parque, los cañones que hoy se encuentran en la plaza. Niños de entonces, hoy hombres reconocidos de nuestro medio, recuerdan como jugaban a treparse en la escultura del parque.
Cuando años más tardes se resolvió levantar en esa esquina el edificio de Telefónica de Argentina, hoy oficinas de IOMA, los cañones fueron llevados a la Plaza 25 de Mayo y la escultura de Correa Morales a los terrenos del ferrocarril, en la esquina de Alem y Taborda, predio en el que se encontraba el “Campo de Deportes”.
En ese sitio, la obra siguió sufriendo el vandalismo de los chicos, algunos de los cuales jugaban a probar su puntería con los rifles de aire comprimido, tirando a la figura del niño. Fue así como sufrió las diversas roturas que hoy presenta.
Para protegerla fue llevada transitoriamente a la Biblioteca Mitre y luego al Edificio de Concentración de Oficinas Públicas.
Cuando a mediados de los ’80, el viejo edificio del Banco Provincia, fue cedido para Museo, la escultura fue llevada allí y por mucho tiempo permaneció colocada en el suelo, junto a la puerta de entrada.
En el año 2014, el edificio del Museo fue restaurado y puesto en valor. Fue entonces cuando la Directora del Museo, Claudia Calcedo, realizó un paciente trabajo de restauración de la escultura y al inaugurarse la nueva muestra, fue puesta en un pequeño pedestal junto a la escalera que conduce al auditorio.
Es así como esta obra, una de las primeras del primer escultor argentino, puede ser finalmente apreciada, en un lugar adecuado, por todos los saladillenses y visitantes que llegan a nuestro Museo.
Que bueno que hayan rescatado de la destrucción esta excelente obra de Correa Morales! Lástima la desidia de las anteriores autoridades
http://Felicitaciones%20por%20haber%20rescatado%20y%20restaurado%20esta%20valiosa%20obra%20de%20arte.
Felicitaciones por haber rescatado y restaurado esta valiosa obra de arte.